Las esperanzas de los migrantes venezolanos que atraviesan México

Por Lender García PáezDada la infamia que lleva el nombre de mi país, no tengo ni la necesidad ni la intención de repetir la historia del “socialismo revolucionario” de un hombre y de cómo llegaría a devastar la vida de treinta millones de personas. Sin embargo, y para que mi historia tenga su comienzo, serviría al lector saber que soy uno de los más de cinco millones de venezolanos que se vieron obligados a abandonar su hogar como consecuencia de la decadencia sin precedentes de mi nación. También hay que señalar que, mientras las salidas como la mía continúan en tropel, mi gobierno se empeña en rogarle que me deje volver.Con el colapso de una nación dominando el fondo, comenzaré la historia de mi salida.Posiblemente el momento más crucial de mi vida hasta ahora se disfrazó detrás de un día aparentemente normal. Mis hermanos y yo acabábamos de regresar a casa tras una breve visita a la casa de mis abuelos, y yo estaba dispuesto a meterme bajo las sábanas para dormir bien. Sin embargo, antes de que esto ocurriera, mi madre entró en mi habitación, que compartía con mi hermano pequeño, y nos pidió a ambos que nos sentáramos. Lo que siguió fue una frase que desde entonces se grabó profundamente en mi memoria: “hijos míos, empaquen sus cosas, porque mañana nos vamos a Chile”.

Una familia de migrantes venezolanos en DC habla del plan de asilo de Biden

Colchane, 29 de agosto de 2022 – Jhonny, de 26 años, junto con su esposa, Cribsel, de 19 años y embarazada de seis meses, están sentados con sus dos hijos en un centro de recepción de migrantes. Quemados por el sol y sin aliento, la altitud de 3.700 metros y las gélidas condiciones climáticas han hecho mella en esta joven familia de cuatro miembros.

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La familia caminó durante cinco horas desde Bolivia hasta Chile. Desde que salieron de Venezuela a pie hace dos meses y unos 5.000 kilómetros, han pasado por cinco pasos fronterizos. “Era la primera vez que experimentábamos el frío. Esta parte ha sido la más dura”, dice Jhonny con los labios partidos y los pies agrietados. “No estábamos preparados con abrigos de invierno ni mantas”.

El obrero de la construcción perdió su trabajo en Venezuela y cubrir simplemente las necesidades básicas se hizo imposible para la familia de cuatro miembros. Decidieron salir de su ciudad natal, Aragua, con apenas 450 dólares y una mochila con lo esencial para aventurarse en la larga caminata por el altiplano andino, cruzando primero a Colombia y luego a Ecuador, Perú y Bolivia, durmiendo en la calle durante la mayor parte de su viaje.

Los migrantes venezolanos siguen llegando a EEUU por tierra

Chile Central (Regiones de Valparaíso, Santiago, O’Higgins y Maule)El corazón del país, se pueden visitar las principales ciudades, los famosos viñedos y algunas de las mejores estaciones de esquí del Hemisferio Sur

Antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, el norte de Chile estaba bajo el dominio inca, mientras que los indígenas araucanos (mapuches) habitaban el centro y el sur del país. Los mapuches fueron también uno de los últimos grupos indígenas americanos independientes, que no fueron totalmente absorbidos por el dominio hispanohablante hasta después de la independencia de Chile. Aunque Chile declaró su independencia en 1810 (en medio de las guerras napoleónicas que dejaron a España sin un gobierno central operativo durante un par de años), la victoria decisiva sobre los españoles no se logró hasta 1818. En la Guerra del Pacífico (1879-83), Chile invadió partes de Perú y Bolivia y se quedó con sus actuales regiones del norte. No fue hasta la década de 1880 que los araucanos fueron completamente subyugados.

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Pinochet fue ampliamente vilipendiado en todo el mundo por sus métodos, sin embargo, una administración chilena de centro-izquierda llegó al poder después de que renunciara al perder un referéndum nacional. Aunque las políticas neoliberales de Pinochet (desregulación y privatización) fomentaron el crecimiento económico, perjudicaron enormemente a los sectores más pobres de la población y aumentaron enormemente la brecha entre ricos y pobres. La disparidad económica fue, al igual que los retoques constitucionales de Pinochet, diseñada para garantizar que saliera impune (lo que más o menos consiguió) y que los conservadores tuvieran siempre un veto de facto en algunas cuestiones; y estos problemas siguen afectando al país en la actualidad. El nuevo gobierno de Patricio Aylwin pensó que era sensato mantener las políticas de libre mercado que el Chile actual sigue albergando en cierta medida.

Un migrante venezolano llega a su destino gracias al Gobernador

Moverse por ChileAireHay servicios frecuentes entre las principales ciudades. El sur del país depende en gran medida de las conexiones aéreas y es imprescindible reservar. Los vuelos son operados por LATAM (www.latam.com), y por Sky Airline (www.skyairline.cl), así como por varias compañías aéreas como Aerovías Dap (www.aeroviasdap.cl), que vuela por la región de Magallanes y la Antártida.

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Hay vuelos regulares con LAN desde Santiago a Isla de Pascua (duración del viaje: 5 horas). Los vuelos se llenan rápidamente, por lo que es imprescindible reservar con antelación durante todo el año. Un taxi aéreo realiza un servicio de verano a las islas Juan Fernández desde Santiago, gestionado por Aerolíneas ATA (www.aerolineaata.cl). Sky Airline vuela al sur a Punta Arenas y al norte a Antofagasta, entre otras rutas.Pases aéreos

El Visit South America ha sustituido al antiguo Visit Chile. Está disponible con los vuelos transatlánticos de LAN y cubre Chile, así como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Los pases deben obtenerse fuera de Sudamérica y es aconsejable reservar con mucha antelación. Una vez compradas, las reservas pueden cambiarse sin coste adicional; pero si se cambia de ruta, se cobra por cada cambio.CarreteraChile cuenta con una amplia red de buenas carreteras, a excepción del sur del país, lleno de fiordos, que no siempre está conectado con el centro de Chile por carretera. A veces hay que atravesar Argentina, y el transporte fluvial también juega un papel importante.

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