Un viaje a la luna

En una reunión del Club de Astronomía, su presidente, el profesor Barbenfouillis,[b][c] propone una expedición a la Luna. Después de abordar algunas disensiones, otros cinco valientes astrónomos -Nostradamus,[d] Alcofrisbas,[e] Omega, Micromegas,[f] y Parafaragaramus- están de acuerdo con el plan. Se construye una cápsula espacial con forma de bala y un enorme cañón para dispararla al espacio. Los astrónomos se embarcan y su cápsula es disparada desde el cañón con la ayuda de “marinos”, la mayoría de los cuales son interpretados por un grupo de mujeres jóvenes con trajes de marinero. El Hombre en la Luna observa la cápsula mientras se aproxima y, en una toma icónica, le da en el ojo[g].

Al aterrizar en la Luna, los astrónomos salen de la cápsula (sin necesidad de trajes espaciales ni aparatos de respiración) y observan la Tierra a lo lejos. Agotados por el viaje, desenrollan las mantas y duermen. Mientras duermen, pasa un cometa, la Osa Mayor aparece con rostros humanos asomados a cada estrella, el viejo Saturno se asoma a una ventana de su planeta anillado y Febe, diosa de la Luna, aparece sentada en un columpio de media luna. Febe provoca una nevada que despierta a los astrónomos, que buscan refugio en una caverna donde descubren setas gigantes. Uno de los astrónomos abre su paraguas, que enseguida echa raíces y se convierte en una seta gigante.

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Un viaje a la Luna (La voyage dans la lune) sigue las aventuras de seis científicos, todos ellos miembros del famoso Instituto de Astronomía Incoherente de Francia. Los científicos encargan la construcción de un gigantesco cañón, que los lanzará hacia la Luna en una cáscara hueca. El lanzamiento es un éxito; al llegar, los científicos luchan contra los habitantes goblinoides de la luna, son capturados y luego escapan de las garras del Rey de la Luna. Se refugian en su caparazón, que se despeña por un acantilado y cae a la Tierra, chapoteando en el Océano Atlántico. Los héroes son remolcados a la orilla en un barco de vapor y son honrados con un desfile.

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Eso es todo. Comerás bocadillos que requieren más inversión de tiempo que Un viaje a la Luna. Sin embargo, verá pocos largometrajes que recompensen mejor una segunda mirada, o una tercera, o una cuarta. Si no fuera buena, Un viaje a la luna seguiría siendo una valiosa lección de cine.

Los personajes de Un viaje a la luna no tienen personalidad, pero son uno con esta locura que les rodea. De pie en una torre, esforzándose por ver el cañón gigante que se lanza en la “distancia”, un científico produce un telescopio, claramente bidimensional, diseñado en el mismo estilo de dibujos animados que el decorado en el que se encuentra. Funciona bien, por supuesto; al igual que los tejados se mantienen cuando él está de pie sobre ellos. Compruébalo en este clip, en torno al minuto 3:40.

Le voyage dans la lune

Georges Melies era un conocido mago de teatro, que tenía su propio escenario y teatro.    En él, realizaba espectáculos de magia. Georges era un maestro de las elaboradas ilusiones escénicas, y utilizaba proyectores primitivos como parte de su acto escénico. “Muchos de los sketches de magia que Melies produjo para el Teatro Robert-Houdin después de que asumiera su dirección en 1888 utilizaban técnicas de ilusión escénica para producir efectos cómicos sorprendentes, y a menudo absurdamente violentos”. (5) Quedó impresionado por la máquina cinematográfica de los hermanos Lumiere. Quiso utilizar esta nueva tecnología cinematográfica en los espectáculos de magia. George rediseñó un proyector de película diferente para grabar.    Pronto se dio cuenta de que el proyector podía parar y arrancar durante la grabación.    Esto se llama “… jump cut, una imagen que salta de una posición de la pantalla a otra, etiquetada como un faux pas del cine poco después de su nacimiento”.(6)

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George también creó otra técnica que consideraba mágica llamada doble exposición. Podía exponer la película dos veces y poner dos imágenes distintas en un solo fotograma.  Consideraba que la película era uno de los medios más espectaculares de la magia.  Le motivaba su pasión por asombrar al público y ponía en práctica sus habilidades como mago en sus películas. La gente quedó aún más impresionada con sus películas y con las anteriores. Utilizando estas técnicas, realizaba locas ilusiones oculares que no eran posibles en un escenario normal.  La película más famosa de Georges Melies se llama “Viaje a la luna”, estrenada en 1902, y fue la primera película de ciencia ficción que se conoce. “Viaje a la luna” fue incluso pirateada por Thomas Edison para ser proyectada en sus propios cines nuevos, hoy llamaríamos a eso plagio.  Melies no se conformó con impresionar a la gente con su magia visual, sino que también empleó a mucha gente para colorear cada uno de los fotogramas y hacer las primeras películas coloreadas.

El gran robo del tren

En una reunión del Club de Astronomía, su presidente, el profesor Barbenfouillis,[b][c] propone una expedición a la Luna. Después de abordar algunas disensiones, otros cinco valientes astrónomos -Nostradamus,[d] Alcofrisbas,[e] Omega, Micromegas,[f] y Parafaragaramus- están de acuerdo con el plan. Se construye una cápsula espacial con forma de bala y un enorme cañón para dispararla al espacio. Los astrónomos se embarcan y su cápsula es disparada desde el cañón con la ayuda de “marinos”, la mayoría de los cuales son interpretados por un grupo de mujeres jóvenes con trajes de marinero. El Hombre en la Luna observa la cápsula mientras se acerca y, en una toma icónica, le da en el ojo[g].

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Al aterrizar en la Luna, los astrónomos salen de la cápsula (sin necesidad de trajes espaciales ni aparatos de respiración) y observan la Tierra a lo lejos. Agotados por el viaje, desenrollan las mantas y duermen. Mientras duermen, pasa un cometa, la Osa Mayor aparece con rostros humanos asomados a cada estrella, el viejo Saturno se asoma a una ventana de su planeta anillado y Febe, diosa de la Luna, aparece sentada en un columpio de media luna. Febe provoca una nevada que despierta a los astrónomos, y éstos buscan refugio en una caverna donde descubren setas gigantes. Uno de los astrónomos abre su paraguas, que enseguida echa raíces y se convierte en una seta gigante.

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