Viaje de los israelitas por el desierto
Habían pasado cientos de años desde que Dios prometió la tierra de Canaán a Abraham y a sus descendientes. Había llegado el momento de cumplir la promesa (Hechos 7:17), así que Dios levantó a Moisés como Libertador para que sacara a los israelitas de la tierra de Egipto. Después de que Dios trajo las diez plagas sobre los egipcios, permitieron a los israelitas salir de la tierra de Egipto y comenzar su viaje a la “tierra prometida”.
La vida de Moisés se divide en tres partes iguales de cuarenta años cada una. Los primeros cuarenta años los pasó en Egipto, siendo criado como hijo del Rey. Los siguientes cuarenta años los pasó en la tierra de Madián cuidando ovejas, donde Moisés había huido de la ira del rey. Esta lección trata de los últimos cuarenta años de su vida, como líder de los hijos de Israel.
Después de dejar el monte Sinaí, los israelitas se dirigieron hacia la tierra prometida. Cuando llegaron a un lugar llamado Cades-Barnea, se enviaron doce espías a la tierra para que la conocieran. Regresaron después de cuarenta días, con el informe de la belleza de la tierra, pero diez de los doce espías se olvidaron del hecho de que Dios los estaba ayudando y persuadieron al pueblo de que simplemente no eran capaces de capturar la tierra.
Mapa del viaje de los israelitas a la tierra prometida
Para comprender nuestro viaje espiritual por la vida debemos estudiar el viaje de los hijos de Israel. Su viaje comenzó en Egipto, pasó por el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida y, finalmente, condujo al pueblo de Dios al monte Sión. Este viaje histórico emprendido hace miles de años es una imagen profética de nuestro desarrollo espiritual como cristianos. Representa el viaje de un creyente desde la salvación hasta la plena madurez espiritual, cuando nos convertimos en padres y madres maduros en la fe. Sirve como mapa de carreteras para mostrarnos de dónde venimos, dónde estamos ahora y hacia dónde vamos.
Para entender el viaje de Israel debemos darnos cuenta de que Dios planeó este viaje mucho antes de que tuviera lugar. El Señor prometió a Abraham y a sus descendientes la plena posesión de la tierra de Canaán, pero no se la dio de inmediato. Una hambruna obligó a Jacob (nieto de Abraham) y a su familia a trasladarse a Egipto. Allí la familia de Jacob (que había sido rebautizada por Dios como Israel) permaneció en Egipto, convirtiéndose en una nación hasta que ascendió al trono un nuevo faraón que impuso la esclavitud a los descendientes de Abraham.
Cronología del viaje de Israel de Egipto a Canaán
Las uvas de Canaán por James Tissot. Aunque los espías trajeron un racimo de uvas tan grande que se necesitaron dos hombres para llevarlo (Números 13:23), sólo dos de los doce trajeron un buen informe de la tierra.
Los Doce Espías, tal y como se recoge en el Libro de los Números, eran un grupo de jefes israelitas, uno de cada una de las Doce Tribus, que fueron enviados por Moisés para explorar la Tierra de Canaán durante 40 días[1] como futuro hogar para el pueblo israelita, durante el tiempo en que los israelitas se encontraban en el desierto tras su Éxodo del antiguo Egipto. El relato se encuentra en Números 13:1-33, y se repite con algunas diferencias en Deuteronomio 1:22-40.
Dios había prometido a Abraham que habría una Tierra Prometida para las naciones que salieran de su hijo Isaac. La tierra de Canaán que los espías debían explorar era la misma Tierra Prometida. Moisés les pidió que evaluaran las características geográficas de la tierra, la fuerza y el número de la población, el potencial agrícola y el rendimiento real de la tierra, la organización cívica (si sus ciudades eran como campamentos o fortalezas) y las condiciones forestales. También les pidió que tuvieran una visión positiva y que regresaran con muestras de productos locales.
Libro Viaje a la tierra prometida
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Las promesas dadas a Abraham ocurrieron antes del nacimiento de Isaac y fueron dadas a toda su descendencia significada a través del rito de la circuncisión. Johann Friedrich Karl Keil es menos claro, ya que afirma que el pacto es a través de Isaac, pero señala que los descendientes de Ismael han mantenido gran parte de esa tierra a través del tiempo[1].