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La movilidad y los viajes han sido siempre características clave de las sociedades humanas, con diversos objetivos y propósitos culturales, sociales y religiosos. Los viajes dieron forma a las religiones y a las sociedades y fueron una manera de que las personas se entendieran a sí mismas, a este mundo y a lo trascendente. Este libro analiza los viajes en su contexto social en las sociedades antiguas y medievales. ¿Por qué viajaba la gente, cómo lo hacía y qué tipo de redes y negociaciones comunitarias eran inherentes a sus viajes? Viajar no era sólo un privilegio de los ricos o de los hombres, sino que personas de todos los grupos sociales, géneros y…mehr
Definición de turismo
El turismo es una serie de viajes realizados por placer o por motivos comerciales, profesionales o similares, durante los cuales la ausencia de residencia habitual es sólo temporal. Historia del turismo clásico en la antigüedad. Véase El turismo en la antigua Grecia
El turismo moderno nace en el siglo XIX, como consecuencia de la Revolución Industrial, con desplazamientos entre lugares lejanos, con la intención principal de desarrollar actividades de ocio, descanso, cultura, salud, negocios o relaciones familiares.
Estos desplazamientos se diferencian por su finalidad de otros tipos de viajes originados por guerras, movimientos migratorios o de conquista. Pero el turismo tiene muchos antecedentes históricos.¿Cómo era el turismo en la antigüedad?
En la Antigua Roma los hombres libres daban gran importancia al ocio, y lo dedicaban a la cultura, el entretenimiento, la religión y el deporte. Hay que recordar que todas estas actividades sólo podían realizarlas los hombres libres de la clase alta o los nobles. También había muchos esclavos en aquella época.
Aproximadamente siete esclavos por cada hombre libre. Es por ello que el turismo era una actividad exclusiva de la clase acomodada que se desplazaba con sirvientes, esclavos y una considerable guardia para su protección. La actividad turística que no era religiosa.
Artículo de turismo
La importancia de la relación entre los viajes y la religión ha surgido en un goteo de publicaciones interesantes en los últimos años, pero sigue siendo un campo relativamente nuevo y poco explorado. Los 12 ensayos reunidos en este volumen contribuyen en gran medida al debate. Ofrecen nuevas perspectivas y ángulos sobre material conocido, además de introducir algunas fuentes menos conocidas. ”
Los estudios de estos ensayos son excelentes. Es evidente que todos los autores conocen bien sus campos; están bien familiarizados con la literatura primaria y secundaria relevante, así como con las metodologías pertinentes. El manuscrito, como tal, hace una importante contribución al campo. El ensayo introductorio de Harland hace un magnífico trabajo al situar el volumen en el contexto más amplio del campo en su conjunto, y al mostrar que, si bien el estudio de los viajes en el mundo antiguo ha sido realizado por otros, este volumen es probablemente el primero en destacar la intersección de la religión y los viajes. El volumen supondrá una contribución muy importante tanto al debate sobre los viajes en la Antigüedad como, quizá más, al campo de la religión en la Antigüedad. ”
Imperio romano
En la antigüedad clásica, los viajes a larga distancia eran una empresa especializada. La mayoría de los viajes se realizaban por motivos bélicos, diplomáticos, de construcción del estado en general o de comercio. Las motivaciones sociales para viajar incluían la visita a lugares religiosos, festivales como los Juegos Olímpicos y razones relacionadas con la salud. La mayoría de los viajes eran difíciles y costosos, debido al peligro de la violencia, la escasez de caminos bien mantenidos y la variabilidad de los tiempos de viaje en el agua, ya que los barcos antiguos estaban sujetos a los caprichos del viento y las mareas.
Gran parte de la literatura antigua se ocupa de los viajes. La Odisea, por ejemplo, relata el viaje de Odiseo a Ítaca durante diez años; más tarde, la Eneida narra la huida de Eneas de Troya. En otros lugares, las narraciones de viajes de autores como Heródoto y César constituyen ejemplos más fundamentados de cómo los individuos se desplazaban por el mundo antiguo. Tanto la sociedad griega como la romana tenían costumbres en torno a los viajes y el trato a los huéspedes.
Los primeros casos de viajes de larga distancia en el amplio mundo mediterráneo se produjeron en lo que hoy son Egipto e Irak. En Egipto, el Nilo servía de conducto para el comercio y el transporte. En Oriente Próximo, los viajes fluviales por el Tigris y el Éufrates se complementaban con los viajes de larga distancia por tierra en vehículos tipo carreta tirados por bueyes[1]. Los carros, originalmente reservados a la realeza, adquirieron más tarde importancia en la guerra. En Oriente Próximo se desarrollaron grandes sistemas de carreteras, aunque no especialmente sofisticados. Más tarde, estos sistemas serían conectados y desarrollados por los persas.