El primer hombre en la luna
Vista interior del compartimento del cosmonauta de la nave espacial-sputnik “Vostok”: 1.- escritorio del piloto; 2.- panel de instrumentos con el globo terráqueo; 3.- cámara de televisión; 4.- ojo de buey con sistema óptico de orientación; 5.- manivela de control de la orientación de la nave espacial
El logro de Gagarin lanzó una nueva era en la historia de la humanidad. Otros vuelos espaciales tripulados se sucedieron rápidamente. El 5 de mayo de 1961, Alan Shepard pilotó la nave espacial Freedom 7 y se convirtió en la segunda persona, y la primera estadounidense, en viajar al espacio. Fue lanzado por un cohete Redstone, y a diferencia del vuelo orbital de 108 minutos de Gagarin, Shepard se mantuvo en un vuelo suborbital de trayectoria balística, un vuelo que le llevó a una altitud de 187 km y a un punto de aterrizaje a 486 km de distancia.
Tras este éxito, el presidente John F. Kennedy anunció el 25 de mayo de 1961 el dramático y ambicioso objetivo de hacer aterrizar a un hombre en la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra. Este fue el comienzo del programa Apolo. Diez años más tarde, Shepard comandó la misión Apolo 14 y fue la quinta persona en pisar la Luna.
Nave espacial Soyuz
Desde la primera excursión de dos horas al espacio de Yuri Gagarin en 1961, el atractivo de los viajes espaciales tripulados ha resultado irresistible para científicos, empresarios y artistas por igual. Hoy en día, a medida que la tecnología se vuelve más capaz de permitir los viajes tripulados a Marte y la imaginación de Hollywood se desborda con nociones del futuro de la humanidad en materia de vuelos espaciales (con éxitos de taquilla recientes como Star Trek, Prometheus, Star Wars e incluso Wall-E), han surgido muchas falacias sobre el espacio. El espacio exterior suele representarse en las películas como un lugar frío e inhóspito, donde la exposición al vacío perpetuo hará que te hierva la sangre y te reviente el cuerpo; o bien, si no ocurre ninguna de esas cosas, te congelarás al instante hasta convertirte en un polo humano. Mientras tanto, muchas de estas mismas películas ignoran convenientemente los peligros ligeramente más sutiles, pero muy relevantes, de los vuelos espaciales prolongados, incluso en una nave cerrada a presión atmosférica normal.
Un error común es que el espacio exterior es frío, pero en realidad el espacio en sí no tiene temperatura. En términos termodinámicos, la temperatura es una función de la energía térmica en una cantidad determinada de materia, y el espacio, por definición, no tiene masa. Además, la transferencia de calor no puede producirse del mismo modo en el espacio, ya que dos de los tres métodos de transferencia de calor (conducción y convección) no pueden producirse sin materia.
Cosmonautas perdidos
Ir de vacaciones al espacio suena a un sueño más propio de la ciencia ficción que de la vida real. Ahora que los vuelos espaciales privados están despegando, gracias a magnates como Jeff Bezos y Richard Branson, ¿será el alojamiento turístico en órbita el siguiente paso?
Las instalaciones -más de 300 habitaciones, un gimnasio al aire libre, un jardín japonés, un casino y una sala de conciertos- podrían formar parte de cualquier hotel de lujo, pero pertenecerán a un tipo de alojamiento bastante especial. Voyager Station pretende ser el primer hotel espacial que orbita en la estratosfera. Sus creadores esperan tenerlo en funcionamiento en 2027, pero llevar un proyecto así al espacio no es nada fácil. De hecho, varias iniciativas similares han fracasado en el pasado. ¿Qué viabilidad tienen los hoteles espaciales?
El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio. Este acontecimiento histórico dio el pistoletazo de salida a la carrera espacial, y en los 60 años transcurridos desde entonces más de 570 astronautas han llegado al espacio. Aunque agencias gubernamentales como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han impulsado gran parte de los viajes espaciales, en las últimas décadas varias empresas privadas han dado los primeros pasos para construir sus propios vehículos de lanzamiento y alojamientos turísticos.
Astronautas
La primera mujer que viajó al espacio fue la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova. El 16 de junio de 1963, Tereshkova fue lanzada en una misión en solitario a bordo de la nave espacial Vostok 6. Pasó más de 70 horas orbitando la Tierra, dos años después del primer vuelo con tripulación humana en el espacio de Yuri Gagarin.
Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en el pueblo de Bolshoye Maslennikovo, en el centro de Rusia. Su madre era una trabajadora textil y su padre un conductor de tractor que posteriormente fue reconocido como héroe de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. En el momento de su muerte en el frente finlandés, Tereshkova sólo tenía dos años.
Tras dejar la escuela, Tereshkova siguió a su madre para trabajar en una fábrica textil. Su primera apreciación del vuelo fue bajando en lugar de subiendo cuando se unió a un club local de paracaidismo y paracaidistas. Su afición a saltar desde aviones fue lo que atrajo al comité del programa espacial soviético. Al presentarse al cuerpo de cosmonautas, Tereshkova fue elegida entre más de 400 candidatos.