Viaje de 5 años de Charles Darwin

El 27 de diciembre de 1831, Charles Darwin subió a bordo del HMS Beagle en Devonport (Plymouth). Durante cinco años, el naturalista dio la vuelta al mundo en este barco de 90 pies (27,4 metros) de largo y 24 pies (7,4 metros) de ancho y tres mástiles. El 2 de octubre de 1836, el barco llegó de nuevo a las costas inglesas.

El exótico mundo animal de Australia fascinó a Charles Darwin y le desconcertó: “Cualquiera que tenga fe en su propio razonamiento seguramente gritará: ‘Seguro que aquí han actuado dos creadores: uno para Australia y otro para el resto del mundo'”.

En el verano de 1833, Darwin se topó con ñandúes de aspecto muy diferente entre sí y se preguntó por qué el Todopoderoso había creado dos especies tan emparentadas, cuyos entornos apenas diferían.

Cronología de los 5 años de viaje de Charles Darwin

El Viaje del Beagle es el título más comúnmente dado al libro escrito por Charles Darwin y publicado en 1839 como su Diario y Observaciones, lo que le proporcionó considerable fama y respeto. Se trata del tercer volumen de The Narrative of the Voyages of H.M. Ships Adventure and Beagle, cuyos otros volúmenes fueron escritos o editados por los comandantes de los barcos. Journal and Remarks cubre la parte de Darwin en la segunda expedición de reconocimiento del buque HMS Beagle. Debido a la popularidad del relato de Darwin, el editor lo reeditó más tarde, en 1839, como Diario de investigaciones de Darwin, y la segunda edición revisada, publicada en 1845, utilizó este título. Una reedición del libro en 1905 introdujo el título El viaje del “Beagle”, por el que es más conocido en la actualidad[2].

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El Beagle zarpó de Plymouth Sound el 27 de diciembre de 1831 bajo el mando del capitán Robert FitzRoy. Aunque la expedición estaba originalmente planeada para durar dos años, duró casi cinco: el Beagle no regresó hasta el 2 de octubre de 1836. Darwin pasó la mayor parte de este tiempo explorando en tierra (tres años y tres meses en tierra; 18 meses en el mar). El libro es una vívida memoria de viaje, así como un detallado diario científico de campo que abarca la biología, la geología y la antropología y que demuestra el agudo poder de observación de Darwin, escrito en una época en la que los europeos occidentales exploraban y cartografiaban el mundo entero. Aunque Darwin volvió a visitar algunas zonas durante la expedición, en aras de la claridad los capítulos del libro están ordenados por referencia a lugares y localizaciones y no por fecha.

El viaje del beagle

Sprang, Félix. “20. Charles Darwin, El viaje del Beagle (1839)”. Handbook of British Travel Writing, editado por Barbara Schaff, Berlín, Boston: De Gruyter, 2020, pp. 373-396. https://doi.org/10.1515/9783110498974-021

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Sprang, F. (2020). 20. Charles Darwin, El viaje del Beagle (1839). En B. Schaff (Ed.), Handbook of British Travel Writing (pp. 373-396). Berlín, Boston: De Gruyter. https://doi.org/10.1515/9783110498974-021

Sprang, F. 2020. 20. Charles Darwin, El viaje del Beagle (1839). En: Schaff, B. ed. Handbook of British Travel Writing. Berlín, Boston: De Gruyter, pp. 373-396. https://doi.org/10.1515/9783110498974-021

Sprang, Felix. “20. Charles Darwin, El viaje del Beagle (1839)” En Handbook of British Travel Writing editado por Barbara Schaff, 373-396. Berlín, Boston: De Gruyter, 2020. https://doi.org/10.1515/9783110498974-021

Sprang F. 20. Charles Darwin, El viaje del Beagle (1839). En: Schaff B (ed.) Handbook of British Travel Writing. Berlín, Boston: De Gruyter; 2020. p.373-396. https://doi.org/10.1515/9783110498974-021

Teoría de la evolución de Charles Darwin

El Beagle estuvo en las Galápagos durante cinco semanas. Aproximadamente una cuarta parte de las notas y del cuaderno de campo de Darwin están dedicados a este lugar que más le asombraba. Durante su estancia en las islas, Darwin no era consciente de la importancia que tenía el archipiélago como prueba para su teoría, y aún no tenía ni idea de la información que estaba recogiendo en cada excursión. Recogió gran cantidad de reptiles, plantas y aves, entre las que se encontraban los famosos pinzones de Darwin. “Considerando el pequeño tamaño de estas islas, nos sentimos aún más asombrados por el número de sus seres aborígenes, y por su reducida extensión… Por lo tanto, tanto en el espacio como en el tiempo, parece que nos acercamos a ese gran hecho, ese misterio de los misterios: la aparición de los nuevos seres en esta tierra”. (Darwin, 1845).

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Hay muy pocos lugares en el mundo que retraten de forma tan evidente y fresca los procesos de evolución y adaptación de las especies. Este lugar dio a la humanidad la clave para comprender mejor el origen y el desarrollo de la vida. Las Islas Galápagos suelen llamarse Laboratorio de la Evolución por las siguientes razones:

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