Experiencia de viaje
Viajar ayuda a desestresarse Las estadísticas publicadas en 2018 revelaron que 1,4 millones de personas sufrieron de mala salud relacionada con el trabajo durante 2017 y 2018, con 15,4 millones de días de trabajo perdidos por el estrés. Un fin de semana largo fuera o un permiso sabático prolongado pueden ayudar a aliviar el estrés y los factores que lo provocan. La sensación de frescura que se tiene a la vuelta de las vacaciones es algo que todo el mundo anhela, y se ha demostrado que tiene un efecto positivo en la productividad.
A su vez, varios estudios también han demostrado que viajar amplía la creatividad, entre ellos uno realizado por Adam Galinsky, profesor de la Columbia Business School, que descubrió que la creatividad tiende a fluir más libremente en aquellos que han vivido en el extranjero. “Alguien que vive en el extranjero y no se relaciona con la cultura local probablemente tendrá menos impulso creativo que alguien que viaja y se relaciona realmente con el entorno local”, dijo Adam. Singapur Citado en la investigación de la Dra. Julia Zimmermann y el Dr. Franz Neyer, Tom Champion, que en aquel momento era estudiante de doctorado de la Universidad de Sheffield, dijo que se había vuelto más compasivo desde que estudió en Singapur durante 18 meses. “Ver el mundo a través de los ojos de un extranjero me ha llevado a darme cuenta de mis hábitos culturales, antes invisibles, y a albergar mi sentido de la empatía y mi capacidad para comprender a los demás”, afirma.
Los viajes nos hacen
“La vida es una aventura de pasión, riesgo, peligro, risa, belleza, amor; una ardiente curiosidad por ir con la acción para ver de qué se trata, por ir a buscar un patrón de sentido, por quemar los puentes porque de todos modos nunca vas a volver, y por vivir hasta el final”. – Saul D. Alinsky, Reveille for Radicals
Pero no hay que confundir las vacaciones con los viajes. Viajar es a la vez estimulante y agotador. Viajar consiste en salir de tu zona de confort, buscar experiencias únicas y sumergirte por completo en las situaciones en las que te encuentras. Viajar exige ese delicado equilibrio entre una copiosa cantidad de investigación previa y esa actitud ligeramente inconformista de ver qué pasa cuando llegas. Porque cuando uno se aleja realmente de los caminos trillados, siempre habrá un elemento de imprevisibilidad. Y si uno es un caminante itinerante, es precisamente esa intrigante noción de lo desconocido lo que le hace avanzar.
A menudo, lo más destacado de un viaje, las historias con las que se deleita a los amigos y la familia a su regreso, son esos encuentros inesperados con desconocidos que comparten con usted una visión única de ese país, que le presentan algo que los turistas de los caminos trillados nunca llegan a ver, o que le invitan a levantar el telón de una instantánea de su vida. De la misma manera que siempre es ese pequeño restaurante familiar de mala calidad con el que tropezaste al borde de la carretera y que te sirvió la mejor comida que probaste en todo el viaje.
Viajar te hace tener un discurso más abierto
Así que cuando alguien respondió con “Parece fuera de lugar con lo que está pasando en las noticias”, me hizo pensar. Y mi primer pensamiento fue: “Sí, como Baltimore. Y Nepal. Y el ISIS, y el cambio climático, y una docena de otros problemas graves”.
Pero si mis años codeándose con viajeros del mundo me han enseñado algo, es esto: Ir al extranjero no te ciega a los problemas del mundo. En todo caso, te hace más consciente de ellos.
Viajar de forma reflexiva, especialmente en tiempos difíciles, es una de las mejores formas de poner los acontecimientos actuales en perspectiva. Te obliga a ver que las víctimas de la pobreza y las catástrofes naturales de todo el mundo no son sólo estadísticas sin rostro en un periódico, sino seres humanos. No puedes evitar sentir empatía. En mis viajes, me he parado en las escaleras de los templos sagrados de Katmandú (Nepal), he inclinado la cabeza y he dicho “namaste” a la gente, tal vez a algunas de las mismas personas que ahora no tienen hogar y cuyos templos son ahora escombros.
He visto “Baltimore” en Centroamérica. En muchos países de América Latina, la brecha entre ricos y pobres es como el Gran Cañón. Las grandes empresas y los terratenientes mandan. Los gobiernos tienen ejércitos no para protegerse de los enemigos extranjeros, sino de la gente enfadada y desesperada de sus propias sociedades. (En la década de 1980, Costa Rica -encabezada por el Presidente y Premio Nobel de la Paz Óscar Arias- atrajo las sospechas de Estados Unidos por el simple hecho de no tener ejército. Su país tenía la distribución de la riqueza más equitativa de la región, y no necesitaba una fuerza militar para proteger a sus élites de sus propios ciudadanos).
Experiencia en el estilo de vida de los viajes
Cuando era más joven, solía tener un libro de citas. Lo llenaba con citas que me gustaban, pasajes de libros que me inspiraban y también cosas divertidas que decía la gente en la vida real. Es una pequeña y maravillosa muestra de cómo era yo entonces y una ventana a lo que me parecía interesante, tonto o inspirador en ese momento. A veces lo cojo y lo leo hoy, y es un bonito viaje por el carril de los recuerdos. Contiene muchas citas de amigos de la escuela secundaria con los que todavía estoy muy unida (¡incluido mi actual novio!). Como siempre me han gustado las citas, he pensado en compartir algunas citas de viajes para inspirarte a “abrir tu mente, levantarte del sofá y moverte” (como diría Anthony Bourdain). Citas cortas de viajes….
Guatemala, excursión al volcán Pacaya “No todos los que vagan se pierden”. – J.R.R. Tolkien, La comunidad del anillo “El mundo es un libro y los que no viajan sólo leen una página”. – San Agustín “El viaje de mil millas comienza con un solo paso”. – Lao TzuBali, Ubud en el Santuario del Bosque de los Monos