Cómo viajar con libros sin dañarlos

Nunca me habría convertido en viajero si no hubiera sido primero un lector. Viajamos mucho cuando éramos niños, pero no me interesaba tanto mirar por la ventanilla las vistas como hojear mi libro. Me gustaban especialmente los personajes nómadas: Tom Joad en Las uvas de la ira, Chris McCandless en Hacia lo salvaje, Dean Moriarty y Sal Paradise en En la carretera. El mundo pasaba a toda velocidad por las ventanas de mi coche y mi avión, pero me enamoré de los viajes en las páginas de los libros.

Cuando empecé a viajar por mi cuenta, me di cuenta de que uno de los aspectos más destacados era que tenía horas para matar, y que no había nadie que me interrumpiera. Podía leer libros enteros de un tirón. Llegué al punto de que, mientras viajaba por Bélgica hace unos años, me encontré con que me saltaba los museos, las catedrales y las visitas guiadas sólo para poder meterme en una cafetería y terminar Trainspotting. Cuando terminé el libro y subí al tren de vuelta a mi casa en Londres, me di cuenta de que la única diferencia entre el viaje en el que acababa de gastar cientos de libras y lo que habría hecho si me hubiera quedado en casa era un pedido de gofres belgas.

Leer libros y viajar

Cualquiera que haya viajado alguna vez sabe lo mucho que se gana explorando nuevos entornos e interactuando con diferentes culturas. Gran parte de los viajes -aunque no lo sepamos- consisten en dar un salto a lo desconocido para alimentar nuestra curiosidad, escapar de lo conocido, superar los límites de nuestra zona de confort o ampliar nuestros conocimientos mediante nuevas experiencias y conexiones. Volvemos a casa, nos sentimos nutridos, refrescados, satisfechos y quizás incluso revitalizados con nuevas perspectivas. Es una transición poderosa. Pero, sobre todo, volvemos a casa con ganas de más.

  El viaje de una madre

¿Ha oído alguna vez el dicho “El mundo es un libro, y los que no viajan sólo leen una página”? Pues bien, esta metáfora es cierta, desde los rincones de una gran ciudad hasta los vastos terrenos de los océanos, los páramos y las zonas de matorral; hay muchos lugares en esta tierra para explorar. Sin embargo, no todos los descubrimientos tienen que hacerse en persona. Deje que su mente se pierda en las maravillas de un nuevo destino a través del objetivo de una cámara o de las palabras de un autor o periodista; si se lo permite, la experiencia puede ser igual de vívida.

Lectura de libros y ensayo de viajes

En EE.UU., el 82% de los niños de familias con bajos ingresos leen por debajo del nivel escolar. Los niños que no saben leer con soltura en 4º curso tienen hasta 15 veces más probabilidades de abandonar la escuela. El 90% de los puestos de trabajo estadounidenses no son aptos para quienes abandonan la escuela. Traveling Stories está aquí para inspirar el amor por la lectura a los niños en riesgo; transformando a los lectores reacios en lectores seguros.

  Estafa gana dinero viajando

Carpa de cuentos virtualLos niños que entran en el 1er grado son emparejados con mentores de lectura capacitados para sesiones de vídeo semanales, uno a uno, donde leen y charlan sobre libros. Los niños ganan Book Bucks virtuales, que pueden utilizar para comprar premios.2022 Fechas del programa:

“Se ha demostrado que unas sólidas habilidades de lectura y escritura tienen más impacto en el éxito futuro de un niño que el estatus socioeconómico o tener un padre con un título” – Sullivan & Brown, 2013, Londres: Instituto de Educación

Creer en su capacidad de logroCon los Book Bucks y los premios, los niños establecen objetivos y trabajan con su mentor para alcanzarlos. Los niños aprenden a retrasar la gratificación y a adquirir habilidades financieras, y aumentan su confianza en su capacidad de logro.

Una guía de viaje

Los increíbles beneficios de leer mientras se viaja 5 minutosAunque no todo el mundo puede concentrarse en los viajes largos, leer mientras se viaja es una forma estupenda de aprovechar el tiempo y potenciar la salud del cerebro y los procesos cognitivos.Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.Última actualización: 28 de julio de 2022Leer mientras se viaja es algo más que un placer; es una necesidad. Significa apoyar la cabeza contra la ventanilla mientras viajamos en el metro, el tren o el autobús, y sumergirnos en mundos lejanos y en la vida de otras personas. Estas oleadas de palabras nos ayudan a que el viaje parezca más corto y a distanciarnos del ruido. Puede hacer que nuestro viaje tenga sentido y ayudarnos a empezar nuestros días de trabajo con energía y entusiasmo renovados.Ray Bradbury decía en uno de sus libros que, para que la realidad no nos destruya, debemos leer y escribir compulsivamente. Sin embargo, hay que decir que no es necesario llegar a esos extremos. Leer es simplemente dar vida a las ideas. Como resultado, esto puede ayudarnos sin duda a crear un mundo mucho mejor, más empático, más sensible y más educado.Si eres un buen observador que utiliza el transporte público con frecuencia, entonces probablemente hayas notado algo que está claro desde hace muchos años. Podemos dividir a quienes utilizan el transporte público en tres categorías: “Para viajar lejos, no hay mejor barco que un libro”.

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