Astronautas
A las 02:56 GMT del 21 de julio de 1969, el astronauta estadounidense Neil Armstrong se convirtió en la primera persona en pisar la Luna. Salió del módulo lunar Apolo 11 y entró en la superficie de la Luna, en una zona llamada “Mar de la Tranquilidad”.
Armstrong informó del aterrizaje seguro del módulo lunar a las 20:17 GMT con las palabras: “Houston, Base de la Tranquilidad aquí. El Eagle ha aterrizado”. Al poner su pie izquierdo en la Luna, Armstrong declaró: “Es un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”.
A las 03:15 GMT, Armstrong se unió al piloto del módulo lunar, Edwin “Buzz” Aldrin. Los dos compañeros recogieron datos y muestras de suelo antes de plantar la bandera estadounidense a las 03:41 GMT. También descubrieron una placa con la firma del Presidente Nixon y una inscripción que decía
Neil Armstrong nació el 5 de agosto de 1930 en Ohio, Estados Unidos. Comenzó a volar a una edad temprana tras quedar fascinado por los aviones en un espectáculo aéreo. Cuando cumplió 16 años, obtuvo su licencia de piloto y posteriormente estudió ingeniería aeroespacial en la Universidad de Purdue.
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Apolo 11Buzz Aldrin en la Luna fotografiado por Neil Armstrong (Armstrong se ve en el reflejo del visor junto con la Tierra,[1] el módulo lunar Eagle y la bandera estadounidense)Tipo de misiónAterrizaje lunar tripulado (G)OperadorNASACOSPAR IDSATCAT no.Duración de la misión8 días, 3 horas, 18 minutos, 35 segundos
Acoplamiento con el LMFecha de acoplamiento16 de julio de 1969, 16:56:03 UTC[7]Fecha de desacoplamiento20 de julio de 1969, 17:44:00 UTC[12]Acoplamiento con la etapa de ascenso del LMFecha de acoplamiento21 de julio de 1969, 21:35:00 UTC[8]Fecha de desacoplamiento21 de julio de 1969, 23:41:31 UTC[8].
El Apolo 11 (16-24 de julio de 1969) fue el vuelo espacial estadounidense que llevó por primera vez a seres humanos a la Luna. El comandante Neil Armstrong y el piloto del módulo lunar Buzz Aldrin aterrizaron el módulo lunar Apolo Eagle el 20 de julio de 1969, a las 20:17 UTC, y Armstrong se convirtió en la primera persona en pisar la superficie de la Luna seis horas y 39 minutos después, el 21 de julio a las 02:56 UTC. Aldrin se unió a él 19 minutos después, y pasaron cerca de dos horas y cuarto juntos explorando el lugar que habían bautizado como Base de la Tranquilidad al aterrizar. Armstrong y Aldrin recogieron 21,5 kg de material lunar para traerlo a la Tierra mientras el piloto Michael Collins pilotaba el módulo de mando Columbia en órbita lunar, y estuvieron en la superficie de la Luna durante 21 horas y 36 minutos antes de despegar para reunirse con el Columbia.
Es un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad
El SLS, el cohete más potente jamás construido, debutó ayer en público tras más de una década de desarrollo. Está de camino a la plataforma de lanzamiento para las pruebas finales y podría despegar a finales de este año si lo supera.
Esta versión inicial del cohete está pensada como vuelo de prueba para las fases posteriores del programa Artemis, que pretende poner en órbita una estación espacial alrededor de la Luna. Están previstas versiones posteriores que llevarán la carga necesaria para construir esta estación espacial antes de viajar a Marte.
En su intervención al presentar el SLS por primera vez, el administrador de la NASA, el senador Bill Nelson, dijo: “Hoy una nueva generación, no la generación Apolo sino la generación Artemis, se prepara para alcanzar nuevas fronteras. Esta generación volverá a llevar astronautas a la Luna y, esta vez, alunizaremos a la primera mujer y a la primera persona de color en la superficie para realizar una ciencia innovadora”. El programa Artemis de la NASA preparará el camino para el gran salto de la humanidad: las futuras misiones a Marte.
Apolo 11
El programa Artemis se enfrenta a grandes retos, sobre todo si el Congreso estadounidense estará dispuesto a pagar el coste de varios miles de millones de dólares por vuelo. Pero si se desarrolla como la NASA ha previsto, dará un gran impulso a la educación científica y a la concienciación del público, del mismo modo que el programa Apolo, nacido de la carrera espacial de la época de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, inspiró a una generación de científicos e ingenieros.
La ciencia también se beneficiaría. El polo sur de la Luna nunca ha sido explorado por personas o aterrizadores (aunque varias misiones robóticas pretenden llegar allí antes que los astronautas de Artemis). Dado que la luz del sol nunca llega a partes del polo sur, algunas zonas podrían haber estado congeladas durante miles de millones de años. Podrían contener hielo y otros compuestos que son poco frecuentes en la Luna, mayoritariamente seca como un hueso. Si se encuentran estas sustancias volátiles y se estudian, los científicos podrán conocer el origen y la evolución de la Luna, así como la historia más amplia del Sistema Solar, incluida la Tierra1. “El programa Apolo revolucionó por completo nuestra comprensión de la ciencia lunar y de la propia Luna”. Preparándose para el viajeArtemis se puso en marcha oficialmente en 2017, cuando el ex presidente Donald Trump firmó una directiva de política espacial en la que pedía a la NASA que se centrara en el envío de astronautas a la Luna. Las raíces de la idea se remontan al menos a 2004, cuando el entonces presidente George W. Bush dio prioridad al envío de astronautas a la Luna y a Marte. En respuesta, la NASA comenzó a diseñar cohetes de carga pesada -precursores del SLS- que podrían llevar a personas y carga más allá de la órbita terrestre baja (véase “Carga pesada”).